En mi post anterior, te hablé de la meditación pasiva y te prometí unos tips para que cada vez que la practicaras, puedas conocerte cada día con tu yo interior y poder realizar los ajustes que necesites, para avanzar en tu crecimiento personal, profesional y espiritual. Detrás de esta clase de ejercicios, es importante volver a uno mismo, aumentar el registro interior para conocerse cada día mejor y poder realizar los ajustes internos sin depender de ayuda externa.
Hagamos un chequeo, veamos cómo te sientes en este momento:
- Registra tu mundo interior. ¿Cómo te sientes?
- No aceptes la primera respuesta automática “bien” o “mal” como válida.
- ¿Qué pensamientos están presentes?
- ¿Qué sentimientos?
- ¿Qué calidad y calidez tienen tus pensamientos y sentimientos?
- ¿Cómo fluye la energía en tu interior?
- ¿Podrías aceptar el estado presente sin resistir, luchar y crear más malestar?
- ¿Podrías soltar por un momento todo pensamiento, todo juicio, toda carga emocional?
¡Pues es hora!
- Toma la decisión de entregar y soltar todo pasado, presente y futuro.
- Exhala todo lo que ya no quieres más, libéralo!
- Siente tu corazón. Su latido, su frecuencia…
- Encuentra una chispa de luz, de paz, de amor en su fondo y conéctate con ella. Respira hondo…
Te invito a realizar esta verificación regularmente. El auto-registro te permite tener una amplia conciencia del mundo interior. Solo quién registra cuando no se siente cómodo consigo mismo puede cambiar su estado, y volver a su centro, elegir conscientemente estar bien. Simplemente te hace falta recordar mirar hacia dentro. En efecto te traerá seguridad, confianza y paz. Te aleja de la inconsciencia que se podría definir como completa ausencia de atención y noción del estado interior.

El miedo es una emoción básica, y puede ser un buen consejero!
Recordemos que el miedo es universal, es una emoción básica del ser humano, existe en todas las culturas. El miedo no es algo “malo” y a evitar, sentir miedo es adaptativo.
Imaginaros no sentir miedo: seríamos unos temerarios, correríamos riegos y peligros innecesarios, incluso podría ser contraproducente y peligroso para nuestra salud, el miedo forma parte de nuestro instinto de supervivencia.
El miedo nos avisa del peligro, nos invita a ser previsores, precavidos, a valorar riesgos o posibles consecuencias negativas; a tener en cuenta amenazas o cosas que podrían salir mal y hacernos daño. El miedo puede ser un buen ángel de la guarda, te dice “mejor no te metas por ahí, parece peligroso”, “ten cuidado”…
El problema está cuando el miedo se vuelve sobreprotector. Cuando el miedo se vuelve “sobreprotector”, y en lugar de aconsejarnos, de prevenirnos ante los riesgos o peligros, nos asfixia.
Imaginaros un padre o una madre muy sobreprotector con su hijo: controlará todos sus movimientos, no le dejará hacer muchas actividades para “protegerlo” por ejemplo, montar en bicicleta, jugar deportes, aprender a nadar, etc. La intención es buena, pero la sobreprotección vuelve a los niños inseguros, no se les deja explorar el mundo, ser independientes, adquirir autoconfianza y aprender a resolver los problemas por sí solos. Para aprender a caminar es necesario caerse y volver a levantarse…
Cuando nuestro miedo es sobreprotector, deja de ser adaptativo, y es una voz que está constantemente gritando “¡cuidado!”, que ve amenazas en todos lados, que desconfía de todo, y que no nos deja movernos. El miedo sobreprotector:
- Ve sólo los riesgos, y no los beneficios a largo plazo.
- Solo nos hace decir que no.
- Sobredimensiona las consecuencias negativas.
- Te aconseja siempre huir y esquivar en lugar de afrontar con precaución.
- Reacciona de manera exagerada (por ejemplo, puedes hasta tener ataques de pánico).
Ahora bien, no te sientas culpable, puede que lo hayamos aprendido en nuestro entorno por influencia de otras personas con miedos sobreprotectores, puede que hayamos vivido algún trauma o situación muy desagradable que nos haya “sensibilizado”, puede que poco a poco se haya ido alimentando de pensamientos negativos, etc.
¡Lo importante es actuar! No te quedes allí, podemos reeducar nuestros miedos. Recuerda que para avanzar hay que correr riesgos, para aprender nos equivocaremos por el camino, forma parte del proceso de aprendizaje. Puedes ser precavida porque siempre habrá riesgos que no podemos controlar.
Todo es una cuestión de equilibrio. Nuestro miedo nos protege, es un buen consejero, nos hace ir con cuidado o evitar peligros innecesarios. Necesitamos un miedo que nos cuide, pero sin sobreprotegernos y sin subestimar los riesgos. Para reeducar a tu miedo has de ser consciente de tu diálogo interno y trabajar con él, ten en cuenta:
- En el miedo hay ideas irracionales o creencias limitantes procura contestarlas y racionalizarlas.
- Pregúntate ¿Cómo podría hacerlo? ¿Cuáles son los riesgos? ¿Si algo sale mal qué implicaría? ¿Cómo lo afrontaría? ¿Qué aprendería?
- Escucha lo que dice tu miedo y negocia con él.
- Recuerda que la intención debe ser positiva, no te enfades, porque si nos enfadamos con nosotros mismos generamos más frustración, bloqueo y conflicto.
- Permítete sentir miedo, acéptalo.
- Enfréntate a las situaciones temidas exponiéndote poco a poco… por ejemplo: si te cuesta hablar en público empieza por saludar al chofer del autobús.
- Practica relajación y mindfuldness, si no has leído mi post donde te cuento que la meditación te puede cambiar la vida, aquí te dejo mi enlace https://butterflyespirit.com/2021/01/18/la-meditacion-puede-cambiar-tu-vida/
- Recuerda mirar a tus miedos como un buen consejero, que te cuida, te protege.
Para finalizar te recuerdo que siempre tendremos al cielo con nosotros, pídele al Arcángel Miguel, quien su nombre significa “aquel que es como Dios”, que te consuele del miedo y de las dudas, él te protegerá y alejará del negativismo; y si aun no crees en los ángeles, pero si en la Ley de Atracción, pues esta dice que atraemos todo lo que está en la misma sintonía que nosotros. Así es que alguien que está enfocado en amor y paz, no atraerá el miedo. Un abrazo de luz ✨

🦋 Si te ha gustado este contenido, dale me gusta y sígueme! 😊 Además usa los botones abajo para compartir con tus amigos en las redes sociales! 💕
Si quieres dejar tu opinión, recuerda que siempre sea de firma positiva y con respeto. Por el contrario, cualquier opinión agresiva, conductas o expresiones que vayan en contra del respeto, la dignidad, o constituyan injurias o calumnias será bloqueado, y denunciado a las Autoridades conforme a lo previsto artículo 208 del Código Penal Español. El delito de injurias se prevé una pena de multa que oscila entre 3 y 14 meses y para las calumnias la pena será de prisión de 6 meses a 2 años o multa de 6 a 24 meses.