El sufrimiento es lo que rompe la cáscara que nos separa de la comprensión
Khalil Gibran
El ego no es bueno ni malo. No hay que demonizarlo, si bien es cierto que el ego es la causa subyacente de todas las causas que nos hacen sufrir, como les comenté en mi post anterior https://butterflyespirit.com/?p=3177, debido a que está identificado con nuestra personalidad o falso yo, también nos permite que tan pronto como alcanzamos una meta, nos provoca una profunda sensación de vacío y nos obliga a fijarnos inmediatamente un nuevo objetivo. Obviamente, también hay que estar atento de que nuestro ego nunca tiene suficiente con lo que conseguimos; siempre quiere más. Y cuando queremos más, podemos estar en insatisfacción crónica, y a través de esta caer en problemas como las adicciones y apegos.
Las adicciones ya no solo a sustancias, al trabajo, a las compras, a los juegos, etc., así como, apego a personas o cosas. La incapacidad de sentir esta conexión con las cosas que verdaderamente importan (consciente o inconscientemente) es lo que nos lleva al miedo y al conflicto interior con el exterior.
No obstante lo anterior, hay que estar agradecidos al ego por la ayuda que nos brindó a lo largo de nuestra vida, y que solo trabajándolo es el que nos permite iniciar un camino de aprendizaje para reconectar con nuestra verdadera esencia. La palabra “esencia” es simplemente el estado natural de sentir la unidad con el Ser. Es un estado de conexión con algo inconmensurable e indestructible, es encontrar su verdadera naturaleza más allá del nombre y de la forma, tal como lo indica Buda «el fin del sufrimiento».
Trabajar el ego no quiere decir librarse de él, sino integrarlo conscientemente en nuestro propio ser. De lo que se trata es de conocer y comprender qué es lo que nos mueve a ser lo que somos para llegar a aceptarnos y, por ende, empezar a recorrer el camino hacia la transformación.
El ego y la esencia son como la oscuridad y la luz que conviven en nosotros mismos, cuanto más conscientes somos de nosotros mismos, más luz hay en nuestra vida. Y cuanta más luz, más paz interior y más capacidad de comprender y aceptar los acontecimientos externos, que escapan a nuestro control.
Por el contrario, cuanto más inconscientes somos de nosotros mismos, más oscuridad hay en nuestra existencia. Y cuanta más oscuridad, más sufrimiento y menos capacidad de comprender y aceptar los acontecimientos externos, que en ese estado creemos poder adecuar a nuestros deseos y expectativas egocéntricos.
Recuerda que, para el ego, el momento presente casi no existe. Lo único que se considera importante es el pasado y el futuro, por ejemplo, se estamos siempre preocupados de mantener el pasado vivo porque sin él, ¿quién sería yo? Y si se proyecta al futuro es para pensar «Un día, cuando tenga esto o aquello, seré feliz».
En resumen, el amor es nuestra esencia, mientras que el miedo es el ego, ambos luchan por ocupar un lugar destacado en nuestro ser y en nuestra alma, por lo que solo a través del autoconocimiento (diferenciar entre una y otra) podemos desmarcarnos del ego y vivir desde nuestra verdadera esencia. Recuerda las palabras de Erich From “Si con todo lo que tienes no eres feliz, con todo lo que te falta tampoco lo serás”, un abrazo de luz ✨.

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Foto de portada: Mariel Reiser on Unsplash