El 20 de septiembre del 2018 compré mi ultima Biblia. Si, yo se que existen las apps y todo lo demás, pero ese es un libro que me gusta tener en físico, con mil post-it de todos los colores posibles, no es casualidad que sea el libro más vendido y del que más traducciones se han realizado. Como les decía, entre emigrar y estar de aquí para allá, no la tenia en físico, y el día que la compré hice un pequeño juego conmigo misma, y le dije a Dios: “A ver diosito que me quieres decir hoy?” y abrí la Biblia al azar y se abrió en el titulo referente a “la sabiduría”. Para mi esto no fue casualidad, llevaba muchos días, meses, a decir verdad, pidiéndole a Dios que me diera sabiduría para saber afrontar todo lo que estaba presentando en ese momento en mi vida… Pero para ponerles en contexto, sin entrar en detalle de mis problemas, les confieso que estaba muy enojada con ÉL, llegué a preguntarle si se había olvidado de mí, que no entendía porque permitía que me pasará todo lo que me estaba pasando…
Pues te cuento que si tienes una Biblia cerca de ti y la abres en el titulo relacionado con la “sabiduría 1:2” podrás ver que dice “Porque se manifiesta a los que no le exigen pruebas y se revela a los que no desconfían de ÉL” … Si adelante, te puedes reír, yo también me reí de mi misma, y a continuación, le pedí perdón al Padre por llevar días molesta con ÉL, y por estarle reclamando de porque se había olvidado de mí.

Quien me conoce de verdad sabe que siempre busco aprender algo nuevo, soy inquieta, busco el porque de las cosas, a veces soy bastante exigente conmigo misma, no paro de estudiar, creo que el conocimiento es infinito, y nada más cierto que el conocido dicho que se deriva de lo relatado por el filósofo griego Platón sobre Sócrates «Yo solo sé que no sé nada» o «Yo solo sé que nada sé».
Fundamentalmente creo que un descubrimiento (algo que aprendes) llama a otro descubrimiento, que, por su parte, llama a otro, y así… o no sé si sea por lo inquieta que soy, pero creo firmemente que el espíritu jamás está definitivamente satisfecho… Por lo que se tratará de un progreso infinito…
Si a alguien le preguntan quien es sabio, seguro que todos en algún momento pensamos en un filósofo; o si quieres ser sabio, al menos tendría que serlo…
Toda la tierra está al alcance del sabio, ya que la patria de un alma elevada es el universo.
Demócrito de Abdera, Filósofo griego.
La presencia de una Sabiduría de otro orden, ilimitada, que trasciende los espacios y los tiempos, que explica la presencia de las leyes utilizadas, se nos puede dar a cada uno de nosotros, de acuerdo con nuestro grado de progreso, ya que esta contemplado por el Padre en su palabra como parte del orden universal de los seres.
Para mí es indiferente que seas católico, cristiano, testigo de Jehová u otro, pues se que muchos de estos quieren estar en medio del mundo, dentro de las realidades humanas de cada día, considerándose (ellos mismos) humildes y convencidos (cada uno de ellos) de tener la verdad absoluta (porque así lo creen).
¿Pero es verdadero ese sentimiento? Realmente como católico, cristiano, testigo de Jehová, protestante o lo que seas (aun si te consideras ateo) realmente ¿Te importan las diferencias que existen en el mundo? ¿Los desajustes de las cosas respecto a nuestra existencia? ¿El dolor, la muerte? ¿La maldad, la crueldad, el mal? ¿Realmente reflexionas sobre cuánto mal existe en el mundo? ¿Especialmente, cuánto mal moral, es decir, simultáneo, si bien de distinta forma, contra el hombre y contra Dios? ¿Realmente se preguntan sobre el enemigo, el mal, como eficiencia, como un ser vivo, espiritual, pervertido y perversor?
El sabio puede cambiar de opinión. El necio, nunca.
Immanuel Kant, Filósofo alemán.

Entonces, creo que para alcanzar la sabiduría debemos empezar por observarnos y estudiarnos a nosotros mismos, por supuesto, sin que nuestros ojos permanezcan indiferentes ante la realidad que nos rodea. Por ello puedo asegurarte que “Sabio sin amor. No lo creas (Joaquín Trincado)”.
Para ser sabios debemos empezar por el amor a Dios, a nosotros mismos y al prójimo. Y si, se que eso suena muy filosófico aun, a continuación, te dejo una serie de enunciados / preguntas, para que los leas para ti, y estoy segura de que tú mismo tendrás la respuesta, de cuán lejos o tan cerca estamos cada uno de nosotros de ser sabios… Lo que si es cierto, si recuerdas como empecé este post, es tenemos la oportunidad de pedírsela a Dios, y la sabiduría se adelanta en manifestarse a los que la desean 😊.
- ¿Eres amoroso? La sabiduría no entra en alma perversa… (Sabiduría, 1:4).
- La envidia corroe, no tiene nada que ver con la sabiduría… (Sabiduría, 6:23). ¿Has sentido envidia de alguien o de algo?
- ¿Crees que la sabiduría siempre será propia de ti? Toda sabiduría viene del Padre… (Eclesiástico, 1:1).
- ¿Has sido hipócrita en ocasiones con los demás? Vigila siempre tus labios… (Eclesiástico, 1:29).
- ¿Honras a tus padres?
- ¿Eres humilde o fanfarrón?
- ¿Sueles hablar por hablar? Se pronto para escuchar y tardo para responder… (Eclesiástico, 5:11).
- ¿Has cambiado de amigos solo por dinero?
- ¿Has maltratado a alguien que ha estado en un cargo menor que tu o que se dedica a un oficio, por ejemplo, una empleada doméstica?
- ¿Te has burlado alguna vez del discurso de un anciano? No desprecies los discursos de lso ancianos, porque también de ellos aprenderás inteligencia y a responder cuando sea necesario… (Eclesiástico, 8:9).
- ¿Has sido soberbio o avaro?
- ¿Eres codicioso, nunca estas satisfecho con lo que tienes?
- ¿Eres tacaño, solo buscas guardar o acumular dinero?
- ¿Eres rencoroso? El rencor y la ira no agradan a Dios… (Eclesiástico, 27:30).
- ¿Has peleado con Dios o le has reclamado por algo?
Para despedirme, espero que después de leer estas preguntas, más que criticarte o de juzgarte, sea un primer paso para cambiar tu ser interior…. Los grandes cambios suceden siempre poco a poco, por lo que empieza con pequeños cambios, por ejemplo: Antes de hablar… infórmate; Antes de caer enfermo… cuídate; En tiempos de abundancia acuérdate de los días que no fueron tan buenos (como ha sido el impacto de esta crisis por COVID-19).
Recuerda siempre pequeños detalles, tales como: La persona sabia es precavida. Ten autodisciplina (incluso en el hablar, y si no entiendes el por qué, te recomiendo leer mi post del poder de las palabras https://butterflspirit.wordpress.com/2020/05/14/el-poder-de-las-palabras/). Y finalmente, recuerda que la sabiduría es algo que podemos adquirir sin dinero! Y en la medida que más la poseemos, aprenderemos también de la templanza, la prudencia, la justicia y la fortaleza, que para mí, no hay nada más útil que estas.

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Empecemos a valorar el verdadero significado de la palabra “gracias”. Desde adentro, desde el alma. Agradezcamos porque vivimos y porque vivimos. Caminemos con gratitud por la vida, es la mejor manera de educar, de vivir, de sentir y de amar.
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